Una parada en una cabaña, un momento de relax y un plato de quesos y embutidos. Un momento sencillo, que, sin embargo, puede transformarse en una experiencia reveladora, haciendo descubrir los olores y sabores de una montaña auténtica y fiel a su naturaleza. Cada degustación nos lleva con la mente a los prados florecidos donde la hierba es verde y los animales pastorean tranquilos. Para los que visitan Val di Zoldo, esta experiencia es casi una obligación.